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viernes, 2 de agosto de 2013

ABU SIMBEL

Introducción

   Abu Simbel significa “montaña pura” y es llamado así porque  fue realizado en la propia piedra.    El templo está dedicado a las grandes divinidades del Egipto Antiguo.

   Abu Simbel está formado por dos templos excavados en la propia roca. El Templo Mayor, conocido también como ‘El Templo de Riamsese-Meryamun’, Ramsés II empezó a construirlo posiblemente a principios de su reinado para conmemorar su victoria en la batalla de Qadesh (ca. 1274 a.C.).

Fachada templo de Nefertari

   Ramsés construyó este templo, por un lado, para realzar su figura, y por otra parte, para controlar la zona que era codiciada por sus yacimientos de oro. En esta zona levantará fuertes templos excavados en las gargantas y que representarán dominio y poder sobre los nubios.

   Su estructura es un caso único en la arquitectura egipcia: un speos, (Los speos son los edificios funerarios que combinan las tipologías del templo y del hipogeo, habitualmente con fachada esculpida e interior excavado en la roca).

Descubrimiento y localización del templo

   Una parte de ambos templos fue encontrada en 1813 por el explorador suizo Burkhard. Más tarde, en 1817, el italiano Giovanni Battista Belzoni descubrió el resto.

 
Situación de Abu Simbel


   Abu Simbel se encuentra al Sur de Egipto, en un paraje situado a orillas del Nilo, en la Baja Nubia,  a pocos kilómetros de la frontera con Sudán, a unos 300 km de Aswan. El templo no es un lugar de culto, su función, como ocurre con el resto de templos egipcios, es contener la imagen del dios.

La fachada

   El templo principal está dedicado al Rey Ramsés II, y el templo más pequeño a Hathor y a Nefertari,  esposa predilecta de Ramsés II, que era  nubia y por eso le construyó el primer y mayor templo dedicado a una Reina en El Egipto Antiguo.

Templo de Riamsese-Meryamun

   Hay una gran fachada en el exterior,  en ella aparecen los 4 colosos sedentes de Ramsés II de alrededor de 22 metros de altura. Acompañan a estos colosos pequeñas figuras  que son las imágenes de sus parientes.

   Existe una puerta entre los dos colosos centrales y, encima de ella hay un nicho con la figura, Re-Horakhte, que es el dios Sol resultado de la fusión de Horus y Re, acompañado de una Maat, diosa de la justicia, y del cetro User, de modo que las tres figuras componían un jeroglífico: Usermare (“poderosa es la justicia del sol”), el primer nombre de Ramsés, situado por tanto entre los dioses. Delante de los pedestales de los colosos se alzan esculturas del propio rey en actitud de marcha y de halcones.

   En la parte más alta de la fachada hay una fila de monos babuinos, cada uno de ellos de más de 2 metros, saluda con alegría al sol naciente. Las figuras, principalmente las de Ramsés, considerado como un dios, remiten a los principios de la escultura egipcia en lo que se refiere a la representación de los faraones: hieratismo, frontalidad, simetría, etc... para dar la imagen de un rey fuerte, poderoso, pero sereno, atemporal, divino, joven.
Esculturas de la fachada del templo mayor

   En las esculturas se observa el ideal de belleza egipcio, el canon de los 18 puños, que se reparten: 10 para el tronco hasta las rodillas, 6 de las rodillas hasta los pies y 2 para el rostro.

   Hay tres estelas en la parte izquierda de la fachada en las que se ve a Ramsés II en adoración a Horus, Harmajis, y Amón, un texto de 41 líneas que describe el matrimonio del faraón con la princesa hitita y el discurso de celebración de un funcionario a Amón-Ra. Detrás del coloso norte más extremo hay una inscripción en la que el faraón aparece ante Ra-Horajti.

   La capilla septentrional está situada en la parte derecha de la fachada y está dedicada al culto al sol. Es un lugar pequeño a cielo abierto que tiene una imagen de la barca solar con un sacrificio del faraón a Ra-Horajti y dos pedestales en los que estaban las estatuas de dioses que ahora se encuentran en el Museo Egipcio de El Cairo.

El interior

    El interior es lo más espectacular del templo. Se amplió la cavidad interior y se crearon las distintas salas utilizando dos antiguas cuevas dedicadas a divinidades locales. Se modificó el aspecto de las salas, y además, los dioses antiguos se cambiaron por algunos dioses egipcios, Hathor y Re-Haractes, con los que se identificaban el faraón y su esposa Nefertari.

Sala hipóstila del Templo de Nefertari

   La capilla meridional está situada en el lado izquierdo del templo, en su parte sur, excavada en roca. Ésta es una pequeña capilla que tiene una altura de 3,92 metros y 4,40 x 7,17 metros de superficie, está dedicada a Thot.

   Un largo pasillo central sujetado por estatuas de grandes dimensiones atraviesa varias salas. El gran templo de Abu Simbel esconde la sala hipóstila, con varios colosos de Ramsés II y relieves en el que éste derrota a sus enemigos.

   Al fondo del templo, está el santuario, donde el soberano aparece sentado junto a los dioses Amón, Ptah y Ra Horakhti de Heliópolis. Se realizaron, en su gran sala, relieves con escenas de guerra, sobre todo de la batalla de Qadesh que tuvo lugar contra los hititas y luchas contra los libios, nubios y sirios.

Relieve con escenas de guerra

   Para mostrar la unión del dios y el faraón, el interior estaba decorado con esculturas de Ramsés-Osiris y con jeroglíficos.  Debido a que el edificio está excavado en la roca, no tiene vanos y por ello sólo entra luz por la puerta de entrada.

Traslado

   A finales del siglo pasado,  gracias a la  UNESCO, se realizó el traslado del templo, piedra a piedra, unos cuantos metros más atrás, situándolo en un lugar más seguro porque las crecidas del Nilo hacían peligrar su integridad. Este movimiento supuso una gran cantidad de dinero pero mereció la pena, ya que se trata de uno de los monumentos mejor conservados de todo Egipto.

Traslado del Templo

Fenómeno solar

    La perfecta orientación de Abu Simbel, en su localización original, hacía que dos veces al año, y con una gran exactitud, los rayos del sol entraran en el templo hasta el santuario, que se encontraba en lo más profundo. Los rayos iluminaban las estatuas de Ra, Amón, y Ramsés, y quedando sólo la cara del dios Ptah sin iluminar, seguramente de forma intencionada, ya que era considerado el dios de la oscuridad. Esto sucedía el 21 de febrero, fecha del nacimiento de Ramsés II, y el 21 octubre, fecha de su coronación.

Iluninación de las estatuas




   Aunque los ingenieros tuvieron en cuenta este acontecimiento para su traslado, debido a un posible error en el emplazamiento del templo, durante los últimos 3.280 años, ese fenómeno, sucede en otras fechas, el 22 de octubre y  el 20 de febrero (60 días antes y 60 días después del solsticio, respectivamente). 



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