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lunes, 3 de septiembre de 2012

El origen de los dichos populares 2ª parte


Verse el plumero:
  Esta expresión es utilizada para mostrar las verdaderas intenciones o pensamientos de una persona que, de forma no voluntaria, los expresa. Proviene de la fábula de Esopo “la Corneja y los pájaros”.
Cuenta la fábula que Júpiter quiso nombrar rey de los pájaros en una fecha concreta. Antes de la mencionada cita, todos los pájaros se acicalaron a orillas de un río y se arreglaron el plumaje. La corneja, consciente de su poca hermosura, recogió las plumas que los otros pájaros habían dejado caer al arreglarse y se las prendió al cuello para aumentar su hermosura.
El día de la comparecencia ante Júpiter, de todos los plumajes el de la corneja resulto el más hermoso y Júpiter la declaró vencedora.
Cuando estaba a punto de ser coronada, el resto de pájaros le arrancaron el penacho de plumas que pertenecía a cada uno.
Se descubrió el engaño y la corneja no fue coronada por vérsele el plumero ,es decir, el penacho de plumas falso.




Corneja





A buenas horas, mangas verdes:
  Este dicho expresa irónicamente el retraso o llegada tardía de una ayuda o auxilio que se ha solicitado, también la demora en el reconocimiento de un mérito personal.
Se atribuye este dicho al cuerpo de la Santa Hermandad, creado por los reyes Católicos en 1476, para prestar ayuda en cualquier tipo de emergencia.
Vestían con un coleto y bocamangas verdes, por lo que se les acabó denominando “mangas verdes”.
Este cuerpo se hizo famoso por su impuntualidad según relatan los cronistas de los siglos XVI y XVII, acudiendo al lugar de la emergencia tan tarde que el suceso luctuoso ya se había producido y ya no era necesaria su presencia.
La gente se lo reprochaba exclamando: “A buenas horas, mangas verdes”.





Cuerpo de la Sta. Hermandad.
                                                                                 


La ocasión la pintan calva:
  Este dicho se utiliza para expresar el momento en que se produce la coyuntura más favorable para realizar algo, y que no se debe dudar un instante en hacer lo que se tiene pensado.
Esta expresión se remonta a la antigua Roma donde existía una Diosa llamada Ocasión. Ésta llevaba la parte delantera cubierta de una melena, y por detrás estaba completamente calva. Así, se da a entender que una vez que esta pasaba era imposible recuperar la Ocasión.





Diosa "Ocasión"





Dársela a uno con queso:
  Este dicho es utilizado cuando alguien es engañado o estafado.
La Mancha ya era conocida en el Medioevo por la calidad de sus vinos y sus quesos. Taberneros de todas las regiones acudían a aprovisionarse a las bodegas manchegas de barriles de vino. Pero antes de comprar, se aseguraban de probar el caldo para comprobar si éste tenía la calidad por la que pagaban.
Para dar salida al vino de peor calidad, los bodegueros crearon la treta de ofrecer antes de la cata de vino un plato de queso manchego en aceite para que su fuerte sabor distorsionara la capacidad del tabernero para distinguir un buen vino de otro malo.





Queso en aceite





Ni Chicha ni limoná:
  Este dicho expresa algo que no vale nada, o en sentido de decir que algo no es  ni una ni otra cosa.
La chicha es una bebida alcohólica corriente en Centroamérica, que resulta de la fermentación del maíz con agua azucarada.
Así que cuando no hay chicha ni limonada, nos encontramos en una situación en la que no hay alcohol ni refresco. En el hablar castizo, se utiliza el término limoná por limonada.









Chicha







Pasar la noche en blanco:
  Con esta expresión nos referimos a la persona que, por cualquier motivo, es incapaz de conciliar el sueño en una determinada noche.
El origen de este dicho se remonta a la Edad Media, en la que los aspirantes a entrar en una Orden de Caballería, la noche anterior a ser nombrados caballeros, la pasaban realizando el ritual de “velada de armas”, que consistía en llevar como atuendo una túnica u otra vestidura blanca como símbolo de pureza espiritual. El color de las vestiduras y lo largo de la espera hasta el amanecer dieron sentido a la expresión de este dicho.


Ser más feo que Picio:
  Utilizamos este dicho cuando queremos dejar claro a alguien, en su sentido más peyorativo, su fealdad.
El origen del dicho parece encontrarse en la Granada de los siglos XVIII o XIX.
Se cuenta que el tal Picio era un zapatero que fue condenado a la pena de muerte. Cuando se encontraba en la capilla, antes de la ejecución, recibió la noticia de su indulto. Tal fue la impresión que le causo la nueva, que se le cayo el pelo y la cara le quedó horriblemente deformada, tanto que empezó a usarse como ejemplo de la fealdad más extrema





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Rostro al que se le puede aplicar el dicho




Esto es Jauja:
  Se usa este dicho cuando describimos situaciones o lugares que destacan por su abundancia. Jauja es una fértil y rica provincia del altiplano peruano. Su paisaje era verde y el aire muy saludable; hasta el punto que era lugar de obligado reposo para personas con enfermedades respiratorias. Los indianos trajeron esta fama a España donde rápidamente se asimiló.







Jauja,Perú.







Matar el gusanillo:
  Se utiliza el dicho cuando se tiene sensación de hambre en las primeras horas del día, o cuando se tiene ganas de practicar una tarea que hace tiempo que no se ejerce.
En un principio el dicho se refería a una ingesta matinal de cualquier tipo de aguardiente. 
Hasta finales del siglo XIX se tenía la creencia de que el ser humano en ayunas tenía un parásito que sólo desaparecía al ingerir una copa de alcohol y posteriormente cualquier alimento, pues este lo arrastraba al estómago donde moría.







Gusano





Cada uno arrima el ascua a su sardina:
  Este dicho es utilizado como muestra del egoísmo y la falta de solidaridad humana.
Su origen se halla en Andalucía, cuando la sardina era el plato principal de los braceros y jornaleros. Las comidas se hacían en común, alrededor de una fogata y cada uno asaba su ración tomando un ascua y acercándola a la sardina. Así, la hoguera se debilitaba y llegaba incluso a apagarse y nadie volvía a encenderla porque no la consideraban suya.







Espetos de sardinas.







Marcharse (o irse) a la francesa:
  En el siglo XVIII se puso de moda en Francia, entre la gente distinguida, abandonar una reunión y no despedirse, pues se consideraba de mala educación.
El dicho se adoptó en España como forma de desaprobar el comportamiento de quién se marcha sin despedirse.






Asamblea francesa

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